REPORTE SEMANAL #1
SÁBADO 24 - VIERNES 30
OCTUBRE DE 2020



El domingo 25 de octubre, un año y una semana después del comienzo de las masivas movilizaciones sociales que iluminaron a Chile con incertidumbre política y la posibilidad de rumbos inexplorados, finalmente el pueblo acudió masivamente a votar por una nueva constitución y celebró su contundente triunfo en la ya legendaria plaza de la Dignidad, donde una vez supo haber un general genocida sobre un caballo de bronce y una rotonda para la eficiente autoregulación circulatoria del capital metropolitano.

Fotografía tomada por Jimena Covacevich



El jueves 29 de octubre, en Guernica, 4.000 efectivos armados y motorizados de la policía de la Provincia de Buenos Aires desalojaron la ocupación de las 100 hectáreas que llevaban tres meses y una semana de ocupación por cerca de 2.000 familias. Ese mismo día también fue desalojado el proyecto Artigas, en Entre Ríos, para celebración del ex ministro de agroindustrias del macrismo. Tierras en disputa entre vidas comunitarias y countries, alambrados y agrotóxicos.

Fotografía de Adrián Escandar, tomada de fmcentenario.com



Imágenes anatagónicas de dos países limítrofes, en donde disputas políticas y espaciales se entremezclan hasta volverse indistinguibles.

En ambas, un sujeto que se llama a sí mismo pueblo lucha por su propia existencia al calor de la lucha por espacios para vivir. Para vivir con la tierra plantando agroecológicamente en comunidad, para construir espacio colectivos para el cuidado mutuo, para celebrar hasta la madrugada al calor de fuegos artificiales y música de tambores. En ambas, un aparato económico-financiero-político-tecnológico-policial despliega su extractivismo sobre el territorio. Vemos tierras alambradas desde la época del reparto de la pampa del siglo XIX. Vemos rotondas con monumentos a genocidas de esos tiempos. Vemos el avance de una agroindustria química extractiva que seca y contamina. Vemos el loteo de tierra en barrios privados con cercos eléctricos. Vemos vehículos bindados y policías disfrazados de robots armados hasta los dientes.

El pueblo avanza democráticamente. El pueblo avanza en la búsqueda de tierras para vivir. El pueblo avanza en su autoconstrucción permanente. El pueblo, como sujeto histórico, lucha por existir. Y existe para luchar.

Lucha contra un aparato hegemónico de varios siglos de duración que ha hecho de este territorio una matriz de extracción de recursos y concentración de la riqueza, asociado a un inevitable mecanismo vigilante y represivo. Abundan policías, alambrados de púas, cercos eléctricos, guardias y cámaras de seguridad. Abundan silos y puertos, tractores y transgénicos, bidones y venenos, rutas y aduanas, peajes y camiones. Proyecto político en el que sobra el pueblo. O la población, mero ínidice cuantitativo, como la hegemonía prefiere.

Y así, prevalece la mirada hegemónica, áerea, despersonalizada. En ella, el territorio se ve cualitativamente. Se cuenta en hectáreas y capacidad productiva por tonelada. O en metros cuadrados y valor inmobiliario. La mirada hegemónica aérea es vertical y descendente, como la estructura económico-política que construye. Utiliza imágenes de alta resolución que combina con formas automatizadas de interpretación de la imagen. Para su circulación mediática, se pone en valor la cualidad pornográfica que todo lo muestra para su consumo masivo.

Screenshot de fotografía desde dron, tomada por Thomas Khazki, publicada en Infobae.



Esa misma mirada vertical es la que usa la exitosa transmisión en vivo y permanente de la Plaza de la Dignidad desde el año pasado. Tomada con una cámara ubicada en una galería de arte en la azotea de un edificio -Galería Cima-, desde allí también se realizan las exitosas proyecciones de Delight Lab sobre la fachada del edificio de la Telefónica. Desde allí, esta mirada vertical -que en este caso podría ser leída como subversiva-, pone en tensión una mirada que construye una masa cuantificable vigilada o un pueblo deseante que se multiplica.



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