DRAGSTRACTA



modernidad arrastrada


por Gustavo Bianchi

Hábito y hábitat.
Cuerpo y ambiente.
Uniformes, trajes, pieles, drag.
Resistencia.




1
4 armaduras de espejos
para la cruzada anti modernismo-higiénico-iluminista



Traje nº 0: HOMBRESPEJO

2015,  foto propia de traje Hombrespejo.



Fue concebido como maqueta de proyecto arquitectónico, modificada para adaptarse al cuerpo. Lo porté mientras expuse ante jurados el proyecto de arquitectura con el cual me recibí. No guardo fotos de ese momento, pero sí capturas de pantalla de una ciber-batalla que generó. Cientos de mensajes de estudiantes universitarios debatiendo sobre la pertinencia/estupidez de una performance que no fui consciente de estar haciendo.

2015, Capturas de pantalla de debate estudiantil en la red Facebook.



Traje nº 1: DRAGSTRACTA

2020, Dragstracta en el Rio de la Plata, PH Martín Fugelman.



Es la sirena del Río de la Plata, y está cubierta por enormes superficies espejadas. Una larvita blanca portando un capullo espejado que envuelve su torso cabeza y brazos. Por debajo asoman sus patitas blancas inmaculadas. Su carcaza es tan impermeable que disminuye sus capacidades sensoriales, pero tan extensa que la protege. Discapacitada sensible, demasiado abstracta, esta draga es bruta ciega, sordomuda y sensual.

La sirena es un animal anfibio de nuestro estuario de agua dulce, el río de la plata. Se alimenta de los escombros que desde hace siglos tiramos sobre el humedal. Roedora de nuestra costa, arma su caparazón con espejos y su corazón con cemento. Las sirenas no poseen genitalia, no se reproducen ni les parece necesario. Su objetivo no es poblar, su objetivo es brillar. Emerge de las aguas con el amanecer, y pasa el día entero posando al sol. Lo da todo por reflejar: para pulir su caparazón de espejos nada contracorriente en las sudestadas.

2019, Día de la Memoria, Ph Dagurk.


Es muy diosa y no disfruta el conflicto, pero le tocó dar batalla cuando prestó su piel a la columna sexo-disidente el 24 de Marzo de 2019, en conmemoración a la Verdad y Justicia y los 30.400 desaparecidxs durante dictadura cívico militar. Pusimos de relieve otra forma de memoria que ofuscó a algunos progresistas hetero-patriarcales, y portamos la consigna HAY TERROR AHORA: terror tarifario, terror policial, terror evangelista.

2019, captura del debate en redes.


“qué tiene? Una caca metálica?”. Este y muchos otros comentarios ridiculizándonos, señalando lo inapropiado de nuestra participación en un tema serio como la memoria. Recordamos a lxs 400 compañerxs desaparecidxs durante la última dictadura cívico-militar borradxs de la historia oficial por presión eclesiástica, según le cuenta a Carlos Jáuregui un miembro de la CONADEP. [1] Ese recuento estimativo incluye lesbianas, trans, travestis, gays, que en su momento fueron englobadas bajo la categoría de “homosexuales”, a quienes el terrorismo de estado persiguió antes durante y después de la dictadura.


Traje nº 2: MINOTAURX

2018. Minotauro yirando, Ph Jetmir Idrizi


El minotauro habita los laberintos buscando encuentros sexuales con hombres musculosos. No se identifica con el mundo gay ni le gusta que se le note. No tiene amigas ni convicciones políticas. Nunca nadie le vio la cara. Cuenta la leyenda que si alguien lo mirase a los ojos, el minotauro rompería en llanto hasta deshidratarse.  Por eso se oculta detrás de una máscara tauromórfica. Porta un saco plateado en composé, porque masculino pero coqueto, sobrio, discreto, mascXmasc.

2018, Comparsa Drag en FIBA, Ph 1 Julian Cardoso, 2 Dagurke.


A este pseudo-machito tampoco le gusta el conflicto, pero sí le gusta mostrarse, por lo que acompañó a la Comparsa Drag en la misión de sabotear el Festival Internacional de Buenos Aires en su versión 2018. Operaron una contramarcha que interrumpió la programación del festival para denunciar el empobrecimiento de las existencias en el régimen neoliberal.

2018, Comparsa Drag en FIBA 2018, Ph Teta Radioactiva.




Traje nº 3: AVES


2019, Aves del páramo colombiano, Juan David Polo.


Estos seres alados llegaron migrando desde la sierra colombiana donde el páramo, su hábitat previo, está siendo destruido. Hoy habitan los humedales del Rio de la Plata, también en plena destrucción.  

Estas aves sufren, están cansadas de huir, cansadas de sí mismas. Se miran y ven el reflejo de contradicciones insoportables. Las consuela ser dos, pero preferirían ser tres. O ninguna. Son lo contrario al ave fénix: no renacen, solo agonizan buscando el nido que jamás encontrarán.  

Lleva una máscara y una capa que extiende para formar grandes alas espejadas. Su piel configura geometrías complejas: la parte correspondiente al cuello y hombros conforma un casquete toróidico de maya triangular homeométrica. Desde esa pieza cuelgan las alas, diseñadas como una superficie de maya triangular isométrica.

2019, Primer Marcha del Orgullo Trans, Barrio Mujica,  Ph Jetmir Idrizi.



En 2019 marchamos acompañando a la primera marcha plurinacional travesti trans en el barrio Mujica, junto a la Comparsa Drag.


2019, Primer Marcha del Orgullo Trans, Barrio Mujica, Ph Jetmir Idriz.



2
Proyectar una escena

La relación entre cuerpo y ambiente en el Ballet Triádico es controladísima, precisa, auto-afirmativa, concordante. A modo similar, algunas performances de este experimento también construyen puestas escénicas en las que el entorno construido, música y diseño lumínico son organizadas en pos de un sentido estético atípico, en el que el universo visual y auditivo conforman un mundo fantasioso. Sin embargo, en nuestro experimento convergen mundos disímiles, y resultan en una composición heterogénea sin claras jerarquías. Fueron una serie de experimentos colectivos en el que confluimos el colectivo de iluminación experimental Fluxlian, la música Andrea Tubert, y lxs investigadores tectónicos Off The Record.

2018, Festival Corazón Digital, CC Matienzo, Ph Malena.


Distanciándome un poco más del Ballet de Schlemmer, en el que los cuerpos teatrales danzan dentro de escenografías abstractas, mi ejército de criaturas espejadas habitan ambientes que no controlan: la calle, la costa del Río de la Plata, la FADU, el páramo colombiano. 

Comparten lugar con seres vivos con quienes dialogan desde la alteridad, oscilando entre comportamientos autónomos y empáticos. Esta performance de mutua afectación supone la capacidad de alterar al medio próximo y a su vez alterarse por el mismo. Requiere una acción en constante actualización, un intercambio de información en retroalimentación.

Y, por último, distanciándome aún más de una composición abstracta y controlada, las perfos que comparto con la Comparsa Drag son heterogéneas. Creamos corporalidades sensuales y políticas que salen a existir a la calle.

Diagramamos acciones como tácticas de resistencia a la moral heteronormada. Nos montamos y salimos a festejar y besarnos, hemos marchado por la verdad y justicia, hemos marchado para bancar amigas travestis y hemos saboteado festivales, hemos montado un pesebre homoerótico en el medio de la calle, hemos sido echadas del teatro San Martín.

MI DRAG NO ES UN DISFRAZ. Como colectivx de acción, no nos disfrazamos ni ejecutamos un juego. Tensionamos la cotidianeidad, la desfasamos, la friccionamos. La interpretación de nuestra diferencia como “fantasía” diluye la potencia de nuestra otredad. No estamos jugando, estamos existiendo. ”El juego se agota dentro de un campo limitado de espacio y tiempo, el campo de juego, que podrá ser el escenario, la pantalla, el altar, el círculo mágico, el estrado judicial. La presión de los límites impide la alienación, la confusión entre la ficción y la realidad. Distintos rituales señalan la terminación del juego: los aplausos del público, el sonido de silbato del referí, señalan el fin de la ilusión y restituyen a los participantes del espectáculo a la vida corriente.” [2]

Nos conocimos en el Centro de Investigaciones Artísticas, en un taller que dictaron Silvio Lang y Endi Ruiz en 2018. Las prácticas iniciales fueron parecidas a una deriva situacionista radicalizada: invadimos la propiedad privada, ponemos en jaque convenciones de comportamiento y aspecto. La grupalidad devino crucial en este experimento arquitectónico corporal. Compartiendo tiempo aventurado fuimos construyendo comunidad y una agenda política.


3
Performance como resistencia



2019, foto registro de la muestra del taller Segunda Piel, que dictamos junto a Andrea Tubert en el marco del Festival Estéticas Expandidas, Facultad de Artes de la Universidad de Nariño, Colombia. (x)


El trazado de continuidades y rupturas entre el repertorio morfológico hegemónico-modernista y el propio reflexiona sobre posicionamientos dentro de la práctica occidental de diseño, pero no se agota en una disidencia formal. También ensaya una disidencia performativa que orbita en torno a la acción de los cuerpos, la relación entre los cuerpos, las pasiones, los artefactos y la práctica de diseño. Si el proyecto modernizante se impuso sobre un territorio desierto irrelevante, nuestro emergente surge en la escucha de lo vivo. Si el proyecto higienista disecciona y fragmenta, el nuestro integra el reconocimiento de fuerzas dispersas, relaciones locales y regionales entre seres vivos, historias de vida e historias de reorganización paisajística demográfica y moral.

Apropiamos nuestro derecho a existir por fuera del proyecto de vida modernizante que higienizó territorios y subjetividades. Motorizado por el miedo que produjo la epidemia de la fiebre amarilla en Buenos Aires, el discurso médico expandió sus injerencias reorganizando la demografía nacional, infraestructuras urbanas, y moldeando la subjetividad nacional mediante la publicación de textos científicos, propagandísticos y literarios que patologizaron el anarquismo, la feminidad en los hombres y el excesivo poderío de las mujeres. [3] La élite higienista porteña consideró estas tendencias sociales como degeneraciones de un cuerpo social nacional mal influenciado por la inmigración italiana. Salessi reconoce el par degeneración-regeneración actuando en la obra literaria de Bunge: metáforas de la decadencia como sirenas (mujeres extranjeras, demasiado fuertes, peligrosas, impenetrables, improductivas), y metáforas de la regeneración como hombres que aprenden la masculinidad. La regeneración es una fuerza hetero-normalizadora, que a nivel urbano construye el paisaje para la gente sana-blanca-cis-productiva y reproductiva. Es presentada como un saneamiento que reemplaza una población marginal por otra deseable. También llamado gentrificación o desarrollo, según ideologías. En la versión actual de control y adoctrinamiento, el espacio público sigue siendo un paisaje de neutralidad diseñada por y para la hegemonía blanca cis, donde toda singularidad es cancelada en pos de una homogeneidad “conciliadora”. [4] La ficción del acuerdo y consenso es formal: prolija y super-iluminada, de calles rectas y pavimentadas. Pero también es performativa, y regula las conductas admisibles, coordina gestos, distancias entre personas, músicas, vestimentas, colores de piel. No nos quieren ahí, nuestra pasión es sucia.





CITAS

1. Ludueña, M E y Gutierrez, L. (2019), #24M porqué no se habla de la persecución a LGTB+ en dictadura?, Agencia Presentes, Buenos Aires https://agenciapresentes.org/2019/03/24/memorias-lgbt-en-dictadura-en-la-clandestinidad/ 2. Ambrosini, C, (2007), Del monstruo al estratega. Ética y juegos, Ed. Educando, Buenos Aire
3. El pedagogo Carlos Octavio Bunge escribe cuentos en los que “le hace decir a la misma sirena: ´nuestra raza está en decadencia desde hace muchos siglos, como toda raza degenerada, produce hembras superiores a los machos´” pg 198.
4. Al día de hoy, las prácticas urbanas de “embellecimiento hetero-burgués” continúan siendo proyectadas por la Dirección General de Regeneración Urbana del GCBA.


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Gustavo Bianchi investiga en los campos de la arquitectura & performance. Recibida de arquitecta por la Universidad de Buenos Aires, allí también ejerce la docencia como Jefe de Trabajos Prácticos de Teoría de la Arquitectura. Es Investigador concursado en UBA. Tutorea procesos proyectuales. La gente la incomoda. Participó como artista expositor en MUNTREF; Bienal de Arte Joven, FIBA, FNA, en Centro Cultural 1000 m2 (Santiago de Chile), y en Universidad de Arte de Nariño (Colombia). Sus obras abarcan performance, indumentaria, mobiliario, instalaciones escenográficas, edilicia, urbanismo.

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